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La exitosa novela La Gloria de Lucho, emitida en 2019, dejó huella en los hogares colombianos. Allí brilló Gabriel Piñeros, el niño actor que interpretó con ternura a Lucho Díaz en su infancia. Su actuación le abrió muchas puertas, pero también le dejó cicatrices.
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“Vino mucho trabajo, películas, producciones en televisión y fue muy divertido, pero también miedos”, confesó en La Red. “Para mí ha sido muy difícil sentirme bueno al 100 %, soy muy autocrítico, veo lo que hago y digo que no me gusta… es frustrante”.
Gabriel comenzó en el teatro a los 7 años, pero a los 12 se enfrentó a un momento decisivo: una obra en la que tenía muchas expectativas no generó la reacción esperada del público, y eso lo golpeó emocionalmente. “En el afán de hacer algo significativo, sentí un vacío, no me sentí importante. Eso hizo que creciera en mí la idea de que no sirvo para esto”, relató con honestidad.
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En 2020, en plena pandemia, pensó seriamente en retirarse de la actuación. Y cuando todo volvió a la normalidad, sintió que nada había cambiado realmente para él, por lo que decidió hacer una pausa y reenfocar su vida.
Hoy, con 18 años, Gabriel estudia Literatura en la Universidad Nacional de Colombia y continúa actuando en teatro los fines de semana. Aunque se alejó de la televisión, no descarta regresar si encuentra un proyecto que le hable al corazón.
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